viernes, 26 de abril de 2013

Finch: Distrito 5

Capítulo 4
   Como era de esperar, salió mi nombre. No pude evitar las lágrimas y subí al escenario, tapándome la cara con las manos. La presentadora me miró con lástima, me sequé las lágrimas y busqué con la mirada a mis padres; estaban al fondo, mi mamá arrodillada en el piso con la cara tapada con los brazos llorando desconsoladamente y mi papá con lágrimas corriendo, pero siempre con la cabeza en alto. Lo único que quería era esconder la cara en alguna parte, o salir corriendo. 
   Prosiguió la cosecha para nombrar al tributo masculino: un ex compañero de colegio. Nunca nos llevamos bien, siempre me golpeaba y yo a él hasta que un día me tuve que ir porque mis papás ya no podían seguir pagando. Nunca supe algo más de él, solo que lo sigo odiando por todo lo que me hizo pasar. 
   Tuvimos que darnos la mano, al estrechársela le enterré con toda mi fuerza las uñas, pero con disimulo. Retiró la mano rápidamente y la metió en el bolsillo. Nos llevaron al edificio de justicia, a mi enviaron a una habitación con sillones negros de cuero. Primero entró mi mamá, con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, me abrazó y yo solo le pude decir:
- De veras que lo siento, solo quiero terminar rápido con esto
- No hija. Vas a pelear, aunque sepas que no tienes oportunidad no te rendirás, si estás cansada no descansarás en cualquier lugar y si tienes hambre no comerás lo primero que encuentres, lucha por tu vida hija, por favor, hazlo por mi - me puse a llorar y la abracé aún más fuerte
- Lo prometo - Llegaron unos agentes de la paz y se la llevaron. Luego entró mi papá, siempre serio. 
- ¿Te das cuenta de lo que provocas? No puedo creer que solo hayas llegado a esto por algo que pudimos haber solucionado solos. Adiós hija, suerte. - no lo miré, no puedo creer que eso haya sido lo último que me haya dicho. Quién sabe si nos veremos de nuevo, si volveremos a hablar... me apena mucho pensar eso, me apena sentir que probablemente mis días estén contados y que quizás nunca más vea a mi mamá, ni a mi hermana, ni a nadie de las personas a las que quiero. 
   Un rato después llegó Lucy, que traía un pequeño paquetito. Me lo pasó y dentro estaba mi libro con plantas. No tengo mucho talento para dibujar pero siempre que encuentro una planta nueva la dejo secar y la pego, anoto sus características y cualidades.
- Para que estudies, puede ser muy útil - la abracé y le besé la mejilla
- ¿Recuerdas la planta con la que llegué el día que se llevaron a mamá y a papá? - le preguntó con los ojos llenos de lágrimas
- Si claro, de bayas balncas
- Si, ponle un nombre y cuida de ella, no dejes que muera y cosecha sus semillas
- Se llama FinchBerry, le daré agua todos los días, tal como te doy amor a ti. La dejaré al sol por la mañana, para que me recuerde a las sonrisa que me das cada mañana. Y durante la noche la pondré en mi mesa de noche, para que me consuele tal como yo lo hacía contigo cuando eras un bebé. Me recordará a ti en cada momento y nunca dejaré que muera, lo juro - me abrazó y ambas nos pusimos a llorar desconsoladamente
- Cuida a mamá, no dejes que sufra por mi, tampoco dejes que vea los juegos, solo avísale de mi victoria... o de mi caída, no quiero que me vea sufrir demasiado - asintió y nos abrazamos por última vez antes de que los agentes de la paz se la llevaran. Me quedé sola en la habitación, con sólo un pequeño libro en mi poder, que sería mi fuente de vida por los siguientes días. Llegaron dos agentes de la paz y me llevaron a la estación de trenes, en donde me esperaba un tren muy grande con destino al capitolio.

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Capitulo 4 tributos!!!! recomienden la página y comenten por favor :D Gracias por leer!!









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