jueves, 25 de abril de 2013

Finch: Distrito 5

Capítulo 3:
   Nos quedamos solos, los tres en la diminuta oficina. Quería llorar, destruir todo en la habitación y salir corriendo a un lugar desconocido para nunca más volver, pero lamentablemente eso no será posible. Vi a mi mamá a los ojos por primera vez y vi una pena enorme, una pena que yo le produje. En lugar de librarlos, en lugar de ayudarlos empeoré las cosas. 
   Bajamos las escaleras y caminamos a casa, en silencio. Llegamos a casa y mi hermana corrió a abrazarlos con una alegría que no encajaba en el ambiente, se dio cuenta de que algo andaba mal:
- ¿Qué pasa?
- Pregúntale a Finch - dijo mi papá, todavía sin mirarme, ni yo a él. Avergonzada me fui a mi cuarto y cerré la puerta, me tiré en mi cama y me puse a llorar hasta sumirme en un sueño profundo.
   Desperté con la voz de mi mamá llamando a almorzar, pensé que todo lo que había pasado había sido un sueño. Fui a la cocina y me senté a la mesa normalmente. Nadie hablaba, mi mamá servía el almuerzo y mi papá prendía fuego en la vieja chimenea de la sala. De repente mi hermana llegó y se sentó, me miró enojada y dijo:
-¡Cómo te atreves! ¿Por qué siempre complicando la vida de los demás?
- ¡Ya basta! - dijo mi madre, mi ilusión de que estaba soñando se desvaneció - ¡es su vida! ella lo hizo con buena intención
- ¡No! - se incorporó mi papá - no importa la intención, es un daño y un acto de egoísmo hacia nosotros, Finch nuestra vida no importa, ya vivimos lo que teníamos que vivir, tu no, estás comenzando a vivir
- ¿Y qué pasa si no salgó en la cosecha? -pregunté esperanzada- ¿me perdonarás y olvidaremos ya este asunto?
- Por supuesto, pero son 8 papeletas, más las 3 de acuerdo a tu edad y las 5 teselas que has pedido, son  16 papeletas Finch! ya estás dentro, asúmelo y hazte cargo de tus acciones. - ahí comprendí, mis opciones son dos: que mi nombre no salga o ir a los juegos y ganarlos.La verdad no tenía nada más que decir, comí y me fui.
   Salí a caminar por entre la nieve, los labios se me congelaron y las manos se tornaron de un color morado, ya nada importaba. Fui al mercado y vagué por él, con la esperanza de encontrar a alguien a quien contar mis penas. No encontré a nadie, y toda la tarde estuve esperando y esperando a que todo se solucionara, a que hubiera una salida, a que de pronto volviera a comenzar el día, que volviera la pesadilla, a que nunca se me hubiera ocurrido salir de casa en busca de mis padres.
   Volví a mi casa y me dormí.Nuevamente soñé con esos monstruos que me intentaban comer, pero esta vez yo estaba en una jaula y ellos afuera, a punto de romper los delgados barrotes. Desperté sobresaltada pero no había nadie en casa, por suerte. Me siento avergonzada de mi actitud, nunca debí haber hecho algo así, no solo me daño a mi, también a ellos y eso no lo pensé. Faltan cinco días para la cosecha, y debo aprovecharlos.
   Salí, estuve con amigos, familiares y jugué en la nieve, pero nunca le dije nada a nadie. Todos me encontraban extraña, diferente, pero yo decía que no era nada y seguía con lo que hacía.
   Así pasaron los cinco días hasta que llegó la cosecha. Recuerdo que ese día ya no había nieve, un sol brillante se levantaba en el cielo para darme ánimo. Me arreglé y fui a la plaza, junto a mis amigas. Esperamos y esperamos pero la presentadora no llegaba, mi corazón aumentó su ritmo y mis nervios no daban más.
   Finalmente llegó, como siempre venía del capitolio. Supongo que en todos los distritos dicen la misma frase:
- Buenos Días! Felices Juegos del Hambre! y que la suerte esté siempre de su lado - mostraron una grabación sobre los días oscuros y al finalizar cantamos el himno de Panem. - Muy bien, las damas primero - se acrecó a una vasija de vidrio transparente y sacó un papel, no pude controlar mi corazón, sentía que todos me miraban porque lo escuchaban, desdobló el papel ... y me puse a llorar.

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CAPITULO 3 TRIBUTOS!!! GRACIAS POR LEER!!! COMENTEN POR FAVOR, SUS COMENTARIOS Y SUGERENCIAS ME SON DE MUCHA AYUDA :D





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